Una bibliotecaria y su colección de libros falsos

El romance de Mindell Dubansky con los libros falsos comenzó hace dos décadas en un mercado de pulgas de Manhattan, cuando se encontró con una pieza en forma de libro tallada en carbón. 


Nueva York. Ella se desempeña como bibliotecaria en el Museo Metropolitano de Arte y partir de ese día percibió un territorio inexplorado de coleccionismo: el mundo de los libros falsos. Con el tiempo ha logrado acumular más de 600 objetos hechos de piedra, cera, paja, madera, jabón, plástico, vidrios y otros materiales.  Inclusive acuñó un término para denominarlos: blooks, conjunción de dos palabras en inglés, "book-look" ("apariencia de libro" o "como un libro"), y además creó un blog explicativo: About blooks (en inglés).

Unos 200 artículos de su colección se exhibieron recientemente en el Grolier Club, en Manhattan, un templo de libros exquisitos. La muestra se tituló Blooks: el arte de los libros que no lo son y parece ser la primera de su tipo en los Estados Unidos. Allí se expuso el Diccionario espía de Secret Sam, un juguete de los 60 que permite a los usuarios fotografiar enemigos con una cámara oculta dentro de un libro falso que también dispara balas de plástico de su lomo.


Para Dubansky, la meta es más amplia que la exhibición: es lograr que los libros falsos sean aceptados como parte real de la historia del libro. "Veo los blooks como un paralelo con la historia de los libros, pero he luchado para hacer que la gente los tome en serio a raíz de su asociación con lo frívolo", explicó.

"Tiempo", en tres volúmenes apilados, es en realidad un despertador de 1976 por Lava-Simplex, la compañía más conocida por su Lava Lite.

Aunque puede ser difícil establecer una historia clara de los blooks, podrían haber existido desde hace tanto tiempo como el códice mismo. Hay elaborados relicarios medievales con forma de libro, así como artículos como un tarro de cerveza como libro que Dubansky vio descrito en un viejo texto. Su colección abarca desde un tomo de madera del siglo XVIII que se abre para formar un altar hasta un juguete infantil de plástico morado de mediados de los 90 llamado Polly Pocket.

Un dispensador musical ruso de cigarrillos, que interpreta "Vast Is My Motherland" como una celebración de los programas espaciales soviéticos históricos.

Fuente: New York Times

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