Un hombre devuelve un libro a la biblioteca después de 49 años

No es la primera vez que escucho un caso como este. La biblioteca está llena de anécdotas y de historias. ¿Se animan a contarnos algunas? Pueden escribirlas en los comentarios de este posteo.



Este no es el caso de James Philips, un hombre que estudió en la universidad de Dayton, Ohio. Phillips devolvió un libro a la biblioteca tras el transcurso de 49 años. El libro era un ejemplar de “History of the Crusades” (Historias de las cruzadas) y rápidamente procedió a su devolución atormentado por la culpa de haber negado el conocimiento de la historia de las Cruzadas a medio siglo de estudiantes. Philips devolvió el libro con una nota de disculpa. A continuación pueden leer un fragmento de la nota:

“Por favor, acepte mis disculpas por la ausencia del libro Historia de las Cruzadas. Parece ser que lo pedí prestado cuando era un estudiante de primer año y, de alguna forma, ha estado fuera de su lugar todos estos años.”

Cuando la biblioteca contactó con Philips, éste dio una historia más detallada sobre la desaparición del libro. Él tomó prestado el libro durante su primer año en la universidad, pero pronto abandonó la universidad para unirse a la marina de los Estados Unidos. Al parecer, alguien debió recoger sus pertenencias de su habitación en la residencia de estudiantes y envió el libro a casa de sus padres, donde permaneció hasta el fallecimiento de sus padres: su padre en 1994 y su madre en 2002. Sus pertenencias fueron encontradas accidentalmente por el hermano menor de Philips.

“Fue interesante ver un libro que no tenía evidencia de nuestro regreso a la tecnología moderna. Todavía contenía la tarjeta de préstamo estampada con la fecha de 1950”

“Fue muy considerado por su parte hacer esto porque no todo el mundo elegiría devolver algo después de tanto tiempo”

Como siempre se dice, mejor tarde que nunca. Philips demostró que siempre es mejor devolver algo que se ha tomado prestado por más que hayan pasado muchos, ojalá pudiéramos encontrar personas tan leales como Philips.

Fuente: Actualidad literatura

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